El
hecho de que los adolescentes se vuelvan tan susceptibles respecto a sus
pequeños defectos, se debe a que sus “amigos” los han molestado con bromas al
respecto, avergonzándolos durante los primeros años. Desgraciadamente, con
frecuencia, los niños y las niñas son muy crueles entre sí, y se lanzan
insultos, en extremo hirientes, que vienen a ser como dardos envenenados. Por
ejemplo, conozco el caso de una niña de tercer grado que en la escuela recibió
una cara de otra niña que aparentemente la detestaba. Aquella no le había hecho
daño alguno a la autora de la nota; no obstante
la misma leía así:
Eres
la chica más odiosa del mundo. Espero que te mueras pronto, pero claro, supongo
que esto no puede ser. Te voy a dar algunas sugerencias:
1
Vete a jugar en la carretera, donde pasan muchos autos.
2 Córtate la garganta con un cuchillo
3
Tómate un veneno
4
Emborráchate
5
Clávate un cuchillo
Por
favor has pronto algunas de estas cosas, grandísima estúpida. Todos te odiamos
mucho. Estoy orando, Señor, por favor
haz que Janet se muera. Necesitamos que entre aire fresco. Me oíste Señor,
espero que lo hayas hecho, porque si no, todos vamos a morirnos aquí con ella.
Lo ves, Janet, no todos somos malos.
De Wanda Jackson
¿Alguna vez recibiste una nota como esta? O
más importante aún, ¿has escrito, en alguna ocasión, una carta igual a ésta? Se
puede ofender a los jóvenes muy fácilmente y esta clase de mensaje hiere
profundamente, y su efecto dura mucho tiempo. Tal vez Janet aun lo recuerde
después de grande.