La
segunda característica que a los jóvenes les desagrada de sí mismos es el
sentirse escasos de inteligencia (o tontos). A menudo, este sentimiento surge
muy temprano durante los años de escuela elemental, cuando el niño tiene
dificultad para aprender. Puede ser que, o bien le cueste mucho trabajo
aprender a leer, y entonces empieza a preocuparse por este problema, o que dice
abruptamente respuestas que provocan risa entre sus compañeros. Poco a poco, se va haciendo de la idea de que
todos en el salón de clase (incluyendo la maestra) creen que él es estúpido, y
esto crea aquellos mismos sentimientos de inferioridad.
A
mayor fracaso de un alumno en la escuela, mayor será su desaliento. Lo más
probable es que sus compañeros le pondrán apodos crueles, tales como “tonto”
“bobo” o “burro”. Si estos insultos llegan a herir demasiado al niño, tal vez
este pierda por completo el interés en la escuela, e inclusive pueda darse por
vencido. Esta situación crea un círculo vicioso; el rehusarse a trabajar, trae
como consecuencia mayor fracaso.Esto, a su vez, aumenta la burla por parte de
sus compañeros en el salón de clase, lo cual reduce su deseo de esforzarse,
resultando así en más fracaso aun… y así sucesivamente.
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